26 de junio de 2012

17 de Julio - Una ciudad cualquiera



Noa se habría paso entre la multitud con la que se topó aquel día. No recordaba haber estado en un sitio tan abarrotado en su vida. A su espalda, enfundado se hallaba su compañero de viaje, un saxo. Ambos, se dirigieron a una calle un poco más apartada, donde el rumor de la gente casi no se percibía.

Dirigió sus pasos a través de la noche, bordeando la catedral y adentrándose en el casco viejo de la ciudad. En esa zona, no se encontró con nadie excepto con un par de coches que difícilmente paseaban entre las estrechas calles.

El silencio parecía ser contagioso, pero sin embargo, percibió una melodía un tanto alegre, que provenía de una puerta que el paso del tiempo había ido descuidando. Una vez dentro, reconoció el bar de inmediato, no había más de cuatro clientes en ese momento, y un pianista de avanzada edad acompañaba el ambiente. Decidió tomar un par de cervezas, y seguidamente comenzó su labor.

Sabía que tocar para un público mínimo, no era gran cosa, pero mientras hubiera alguien, Noa tocaba. Sabía que aunque ese trabajo no estuviera debidamente considerado, algún día podría enseñar al mundo su música. Sabía que sus ganas de improvisar, hilando nota tras nota, no terminarían esa noche.

24 de junio de 2012

Hasta aquí he llegado

Eres un día de frío en medio del verano, una nube en medio del cielo azul, una bofetada de aire cuando sales de la piscina. Eres más amargo que la cerveza, peor que el café con sal y que el tequila sin limón. Eres como el despertador de las mañanas, como una lija arañando mi piel, como un continuo taladro en mi cabeza. Eres aquél que se esfuerza por hacerme sentir mal, el que nunca ha tenido remordimientos y lo que más me duele, el que nunca me ha sabido pedir perdón. Por eso, no puedo seguir fingiendo que todo va bien, no puedo seguir fingiendo que me importas.

Hasta aquí he llegado.

23 de junio de 2012

Contar con alguien siempre viene bien desde los momentos más tristes a los más alegres que se puedan llegar a tener. Al compartir tu vida, "rendirse" pasa a ser una idea secundaria y "sonreir" se convierte en prioridad. Ahora, sé que hablar es más fácil si alguien escucha.

Gracias

19 de junio de 2012

Llueve

Me levanté entre bostezos de lo que fue una noche larga. La lluvia hacía pequeños ruiditos contra el cristal de mi ventana y el tono de luz se me antojó más pálido que otras mañanas. "Hoy no es día de dar una vuelta" me dije a mí misma. 

Busqué mi ropa preferida, que consistía en un pantalón corto y una sudadera de un concierto que decía a gritos "Marea". Corrí escaleras abajo con el libro que me estaba leyendo en ese momento y me preparé un café solo, un "americano" de esos que dicen.

Mi sillón estaba esperándome ya en la habitación contigua junto a los grandes cristales de la puertecela del salón. Desde allí una simple chica observaba la ciudad bajo esas tremendas nubes, disfrutando de un buen libro, del sabor del café y del sonido de la lluvia hasta que el sol consiguió calmar la tormenta.

15 de junio de 2012

Discrepo

Discrepo con las letras, no entender si narran una comedia o una tragedia me saca de quicio, gran dilema para empezar el día. Tremebundas lecturas de horror no deberían ser narradas con ese tono humorístico, alguien nesciente de la situación no debería ridiculizar a los que la viven.


Discrepo con las letras, la ambivalencia en estos casos no me parece que sea la opción más correcta.

13 de junio de 2012

SE BUSCA

Chica de estatura indiferente, melena despreocupada, ojos color café, media pincelada de sonrisa en la boca.

Mirada pensativa, piernas dispuestas a mantenerla de pie, en una mano un pulso estático, en la otra, fuera para sostener una piedra.

Chica, que ha tocado fondo y que no tiene nada que perder, chica que tirará la primera piedra para luchar por lo que necesitan todos.

Chica que perdió la vagueza y aprendió a no permitir dudas en su camino. Valiente que desafíe a la sociedad y la libre de sus complejos...

9 de junio de 2012

Nadie

Nadie camina despacio, ella se siente sóla. Nadie baja las escaleras del paseo que recorre la orilla del mar, ella va con Nadie. Ella y Nadie están perdidas en un lugar que no conocen. Las últimas luces del día, amenazan con hacer dormir la ciudad. Ella no está del todo sóla, tiene a Nadie.

Nadie le quiere, y ella sólo quiere a Nadie.




Todos dicen que ella es nadie.

8 de junio de 2012

Batallas perdidas



    ¿Cómo puede ser posible que siempre acabe perdiendo? Me declaro en pie de guerra contra aquello que de verdad me importa, y acabo haciéndome más daño del que me conviene. Peleo dando golpes al aire, con la esperanza de acertar alguno de ellos, pero nunca lo consigo, siempre son batallas perdidas. Las preguntas de cómo he llegado hasta aquí son preguntas sin sentido.


Empezaré por intentar conocerme, quizá llegue a alguna parte.