7 de agosto de 2013

               Era imprecisa, incierta, una persona a medio terminar, incapaz de definirse. Ni negaba ni afirmaba, ni opinaba ni informaba. Solamente preguntaba porqué y nunca entendió su respuesta. Solamente preguntaba para saciar sus dudas y volvía a encontrarse con el hambre de responder.

               Encontró su fuerza entre la curiosidad y la impaciencia. Por ello, cuando le faltaban motivos para mostrar su sonrisa,  intentaba encontrar sentido en las preguntas. Y así si algún día quería evadir sus problemas, sólo tenía que encerrarlos entre signos de interrogación.

1 comentario:

  1. Realmente magnífico. No tengo palabras. Sigue así ;)

    Tutxo

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