Ella, cansada de todo, decidió descansar cerca del muelle. Se sentó a observar el gran mar que se extendía ante sus ojos hasta confundirse con el azul de ese día en una línea casi imperceptible.  

Se alzaba el verano, y el paseo de la playa se encontraba lleno de gente: familias, veraneantes, deportistas e incluso algún que otro pintor habían pensado en pasar aquel día junto al mar. 

Ella contemplaba la belleza de ese momento, todo tan perfecto... y se preguntaba por qué no encajaba allí, por qué se sentía tan extraña en este mundo...